“El
engranaje del arte”
Gerardo Gómez Amezola
27 de noviembre de 2012
Navegando
por la red me encontré un videoclip que trataba de la exhibición pública de una
de las arañas de Louise Bourgeois. Ésta no era la famosa escultura monumental
de ocho metros, Mamman.
Era una versión
más pequeña de ella, aproximadamente de tres metros. Como soy “Artista” era mi
deber darle clic a ese video. No por que éste deseoso de conocimientos, sino
por mera vanidad. Al ver que era un reportaje de la cadena Univisión me di
cuenta que no le serviría de mucho a mi maquiavélico ingenio, aun así no le di
importancia y decidí mirar el video. Como estaba buscando una experiencia del
tipo hipster. (Por la mala calidad del video me pareció que era más interesante
verlo que leer a Kant) de nuevo, busca una experiencia del tipo “soy bien
hipster”. En resumen el reportaje nos contaba que una de las esculturas de la recién
fallecida escultora Louise Bourgeois está suelta por las calles de Nueva York
asustando a la gente. Sería más divertido el pene de látex que cuelga de un
hilo (1968, Bourgeois) pero Univisión es asexual a pesar de las conductoras de
programas de “noticias”. Las opiniones variaban de “está horrible me da miedo”
a mi favorita “¿y eso es arte?”. No pretendo subestimar a la gente de carne y
hueso, tienen un punto a su favor. La obra de Bourgeois es una araña mutante. ¿Cómo
eso puede ser digno de la categórica idea de la belleza? que por cierto, las
dimensiones no ayudan. Si la obra de tres metros es fea, la obra de ocho metros
es impresionante mente fea. En gustos se rompen géneros; no toda la gente
considera la escultura como fea, pero en términos genéricos no hay elementos suficientes
que me hagan pensar que la Mamman es
bonita.
Hagamos
un punto y aparte, Mamman cumple con
todos los requisitos contemporáneos de una obra de arte, concepto, factura,
diseño, etc. y aquí viene mi primer dilema Mamman es hermosa, llamativa,
ambiciosa y asombrosa. Esta es la parte donde viene la contradicción; es fea,
aterradora, de mala factura y grotesca (y si, dije de mala factura y también de
buena factura por eso es una contradicción). Daría el por que, dé como llegué a
estas conclusiones pero, terminaría con la descripción de una obra que asumo
todo mundo conoce a la perfección. Por lo menos asumiendo; de nuevo, que solo
las personas interesadas en leer este artículo saben más que yo.
Mamman
es una obra cargada de conceptos autobiográficos. Desde el punto de vista
general de la ahora Facultad de Artes de la UABC, lo auto biográfico es
egoísta, no se entiende y no sirve. Si fuera un mural, la cosa sería un poco más
virtuosa. Pero estamos hablando de Louise Bourgeois y no pretendo divagar en
otras cosas un tanto mas divertidas. Antes de ser linchado por una horda de
muralistas; que sus cosas tiene “muy bien acomodadas”, llegaré a lo que
pretendo. ¿Cuál es la función del arte? ¿De qué sirve quebrarte la cabeza con
un concepto del que nadie se enterara y ni entenderá? ¿Por qué si la belleza ya
no es lo que se busca, lo primero que se señala es la falta de ella? Tratando
de asumir el reto de estas y más preguntas se me ocurrió una forma de acercarme
a todos estos planteamientos sin terminar con un ensayo del tipo filosófico,
por lo menos no tan orientado a la estética y más ajustado hacia la crítica (de
nuevo otra área gris en el mundo del arte). Con el fin de acercarme a la
realidad el desarrollo de este artículo consistirá en dos partes: la relación
de la artista con su obra, y la relación de la obra con el espectador. De ahí
el titulo el engranaje del arte.
En
lo personal mis obras más exitosas son las que para variar, hablan de mí. Reflexionando
acerca de esto intenté sostener una teoría bastante aventurada… el zodíaco. Sabía
de antemano que la teoría daba para mucho pero perdí el interés rápida mente.
Gracias a la maravillosa herramienta de internet decidí “googlear” el signo
zodiacal de Bourgeois supuse que como mi signo Acuario señalaba al arte como
una de mis mas grandes aptitudes, si el zodiaco es real, el signo de Bourgeois,
Capricornio diría cosas bastante cercanas a la realidad. Error, no había
ninguna referencia a la creatividad o al arte. Como la muestra de mi pequeña
investigación era muy chica decidí ampliarla a tres sujetos, la elección más
natural Joseph Beuys, Tauro. Los hallazgos como era de esperarse no tenían nada
que tuviera algo que ver con creatividad o arte. Encontré cosas muy
interesantes sobre la personalidad de cada signo y me surgieron varias
preguntas que dan para una investigación larga y profunda por ejemplo si los
sujetos de estudio nada tienen que ver con el arte y la creatividad ¿Por qué se
orientaron al arte? El único “pero” para esta investigación es el mismo “pero”
que se le da a San Agustín en sus diez razones de la existencia de Dios. Y así
como San Agustín está dando por hecho de antemano la existencia de Dios, para
comprobar que Dios existe; se está dando por hecho que el horóscopo ejerce una influencia
real sobre cada individuo.
Ahora
que deseché mi teoría universal del comportamiento humano vuelvo a poner los
pies sobre la tierra y lo intento de nuevo. Después de mi pequeño delirio debo
de decir que la única razón por la cual Bourgeois trabajó con conceptos autobiográficos
es por que simple y sencillamente fue valiente. Lo que intento decir es esto,
para ser artista tienes de dos, salvas el mundo o salvas tú alma. Tratar de
salvar el mundo es una meta más difícil de lograr pero quedas bien con la
sociedad y eso también incluye a los futuristas que quieren destruir todo a su
paso. No estoy tratando de degradar a los artistas que hacen crítica social. Al
final todos estamos haciendo una crítica a la sociedad desde el primer momento
en que decidimos ingresar al mundo del arte. Es sólo que salvar tu alma es un
proceso que requiere de la autoflagelación, no es de sorprenderse que Bourgeois
al ser entrevistada sobre Mamman y la
relación con su madre contestara de manera violenta “mi mejor amiga era mi
madre, fue deliberada, inteligente, paciente, suave, razonable, delicada,
sutil, indispensable, pulcra y tan útil como una araña. También podía
defenderse y defenderme, al negarse a contestar "estúpidas",
chismosas y embarazosas, preguntas personales. (Louise Bourgeois, p.62.) Estaba
enojada y quien no lo estaría, un trabajo tan personal como Mamman, la araña
tejedora de más de ocho metros, es digno de llamar la atención pero, ¿cómo
puede alguien enfrentarse a tal exposición ante el mundo? El trabajo
exorcizador de demonios es más meritorio que el que pretende alabar al artista
¿de qué sirve cargar de conceptos pretenciosos una obra de arte, si nadie la va
a entender? Yo digo: basta de hipocresías, el arte es arte sólo porque tiene la
intención de ser arte pero, hay niveles. No es lo mismo la obra obvia del
perrito paseando al humano a la obra monumental de Bourgeois, que en su propia
forma está la respuesta, expuesta a la vista de todos… el trabajo en sí es un
demonio, un monstro hecho de recuerdos.
Vivimos
en una época dónde lo verde está de moda, lo autobiográfico no es necesario en
las galerías nadie lo va a entender y aparte a nadie le interesa si tu perrito
se murió y a ti te dolió mucho; a menos claro, que mida ocho metros; o en este
contexto tijuanense este pintado en un muro. Y ahí la tienen; esa palabra clave
“contexto” me había prometido que jamás usaría esa palabra para absolutamente
nada, creo que hoy romperé esa promesa. Es aquí donde las cosas se ponen feas;
esa palabrita contexto; ha estado muy en boga los últimos 3 años; de hecho,
“contexto” fue la primera palabra que aprendí en la facultad de artes. No soló es usada para referirse a un sitio sino que
también es usada como “justificación preferente” para la realización de un
mural; y si no, den una vueltita por alguno de los murales Huicholes y Chichimecas
que hay en la ciudad, o la máxima representación de la decadencia social Reacciona
Tijuana que para el bien de todos pasó a mejor vida. ¿Para qué sirven? En este
negocio de el arte lo que importa es seguir la moda. Pintar no te posiciona,
hay requisitos que se deben de cumplir para validarte como artista, y hay más
requisitos que se deben de cumplir antes de que se te de el título de “contemporáneo”
(considerando que lo que se hace en el presente es contemporáneo) sé “verde” y
triunfarás o como en la mayoría de los casos adelántate a tu tiempo y muere en
la miseria, eso nunca falla. Es cierto con el internet el juego ha cambiado de
reglas, pero aun así existe es el estigma que manda “no eres nadie adentro, si
no eres nadie afuera”.
La
Mamman de Bourgeois no sólo es una
escultura que nos cuenta de su madre; es la culminación de más de 50 años de
ella como artista, de ella como ser humano que vive perseguida por los
recuerdos del pasado. Y va aun mas allá, la araña es la madre de todos. La
criatura es capas de materializar esa conexión entre madre e hijo. Bourgeois al
hablar de ella no es ni por un momento egoísta, al contrario se conecta con
todos y cada uno de los seres vivos que están y alguna vez estuvieron en la
tierra; tal vez en el universo entero, es tan personal, pero a la vez tan universal
que seguramente llevo a Bourgeois al llanto en mas de una ocasión. Esta es la
relación que la Mamman tiene con
todos nosotros. Tal vez muchos de nosotros jamás seremos padres, pero existe
una verdad absoluta, una verdad en la que ni siquiera se piensa, todos somos
hijos. Y es ahí donde el arte trasciende y tiene una razón de ser. Bourgeois está muerta, pero antes de morir
fue capaz de crear un enlace con todos y cada uno de los seres vivos que viven,
alguna vez vivieron y que vivirán. Mamman
es más grande que 8 metros, es aun más grande que el tiempo.