jueves, 29 de noviembre de 2012


Erotismo e inocencia
Martha Paulette Palomino González
27 de Noviembre del 2012



La fina y suelta línea que dibuja las ondas del cabello , o los suaves tonos de color que se extienden sobre todo el fondo del lienzo, son sólo algunas de las características que enmarcan la expresión sugestiva de estas hermosas figuras, que posan de manera sensual, mientras que al mismo tiempo te sostienen la mirada,  con una expresión misteriosa albergada  en los ojos , tratan de comunicarte algo, pero, sin darte muchas pistas para que no  lo puedas descifrar, y te quedes perdido contemplándolas. Estas ninfas, son las  protagonistas del trabajo de Audrey Kawasaki

            La joven artista de Los Ángeles, California al ser proveniente de una familia japonesa y vivir rodeada por esta cultura, ha desarrollado un estilo único al mezclar la estética de los mangas y la del art noveu. Estudió en la escuela de arte “Pratt Institute”, en la ciudad de Nueva York, pero siendo esta ciudad de un corte más conceptual, hizo que ella, con su estilo figurativo, ilustrativo se sintiera fuera de lugar y abandonó la escuela sin completar.
            Es conocida por su  técnica de óleo sobre paneles de madera, que parecen mas acuarelas que oleo, a la cual le suma detalles con lápices de colores, lo que hace que la línea de sus dibujo destaque más que las pinceladas o los bloques de color. La madera en una parte importante de su trabajo, y mientras más rica en veta sea está es mejor, ya que la línea de sus dibujos obedecen la de la madera, y aprovecha su color al hacerlo parte del cuadro.

            De sus cuadros, el que más ha capturado mi atención es el llamado “she entwined”, (que actualmente se encuentra en la galería “Outre” en Australia). En esta pieza encontramos una composición en vertical, armoniosa, donde la figura principal es el rostro de una hermosa joven de facciones finas, lleva una expresión de deseo en la cara, mientras mira fijamente al espectador, con una mirada de ojos entrecerrados, esta mujer lleva el pelo tranzado y  las líneas onduladas  de los cabellos son protagonistas, y nos hace recorrerlo hasta la parte más enmarañada, en donde encuentran entrelazadas, como si fueran producto de su imaginación, cinco figuras femeninas que posan de manera provocadora,. Los colores de la pintura son muy tenues y cálidos, la atmósfera se ve invadida por  colores naranjas, suaves y translucidos. El fondo está pintado con una veladura de óleo que es lo suficientemente translúcida para permitirnos disfrutar de la riqueza de la veta de la madera, pero con el suficiente pigmento para hacer un degrado de tonos.
            Audrey Kawasaki es un claro ejemplo de cómo la  globalización, ha penetrado todos los campos posibles, sin dejar de lado el del arte. Claramente podemos ver la manera en que  repercute en su quehacer artístico, ya que su estilo tan característico, es producto de crecer en dos culturas tan diferentes, por un lado  vivir en Estados Unidos y por el otro su raíz japonesa y la herencia cultural que le inculcaron sus padres,  cosa que le han dado una visión más amplia y homogénea del panorama cultural.
            Por lo tanto, su relevancia como artista la encuentro en su estética,  en esta mezcla de estilos, el empleo del óleo a forma de acuarela,  más la característica línea de su dibujo y el acierto de tomar por lienzo las maderas y hacer las vetas parte de su sello personal, que la han colocado ya como una de las artistas más solicitadas de la ciudad de Los Ángeles. Por ser una artista tan  joven y tener una producción permanente, con un largo camino por recorrer, considero que vale la pena estar al tanto de la evolución que tenga su trabajo, por que sin duda crecerá para dar un giro interesante.

martes, 27 de noviembre de 2012

“El engranaje del arte”


“El engranaje del arte”
Gerardo Gómez Amezola
27 de noviembre de 2012



Navegando por la red me encontré un videoclip que trataba de la exhibición pública de una de las arañas de Louise Bourgeois. Ésta no era la famosa escultura monumental de ocho metros, Mamman
Era una versión más pequeña de ella, aproximadamente de tres metros. Como soy “Artista” era mi deber darle clic a ese video. No por que éste deseoso de conocimientos, sino por mera vanidad. Al ver que era un reportaje de la cadena Univisión me di cuenta que no le serviría de mucho a mi maquiavélico ingenio, aun así no le di importancia y decidí mirar el video. Como estaba buscando una experiencia del tipo hipster. (Por la mala calidad del video me pareció que era más interesante verlo que leer a Kant) de nuevo, busca una experiencia del tipo “soy bien hipster”. En resumen el reportaje nos contaba que una de las esculturas de la recién fallecida escultora Louise Bourgeois está suelta por las calles de Nueva York asustando a la gente. Sería más divertido el pene de látex que cuelga de un hilo (1968, Bourgeois) pero Univisión es asexual a pesar de las conductoras de programas de “noticias”. Las opiniones variaban de “está horrible me da miedo” a mi favorita “¿y eso es arte?”. No pretendo subestimar a la gente de carne y hueso, tienen un punto a su favor. La obra de Bourgeois es una araña mutante. ¿Cómo eso puede ser digno de la categórica idea de la belleza? que por cierto, las dimensiones no ayudan. Si la obra de tres metros es fea, la obra de ocho metros es impresionante mente fea. En gustos se rompen géneros; no toda la gente considera la escultura como fea, pero en términos genéricos no hay elementos suficientes que me hagan pensar que la Mamman es bonita.
Hagamos un punto y aparte, Mamman cumple con todos los requisitos contemporáneos de una obra de arte, concepto, factura, diseño, etc. y aquí viene mi primer dilema Mamman es hermosa, llamativa, ambiciosa y asombrosa. Esta es la parte donde viene la contradicción; es fea, aterradora, de mala factura y grotesca (y si, dije de mala factura y también de buena factura por eso es una contradicción). Daría el por que, dé como llegué a estas conclusiones pero, terminaría con la descripción de una obra que asumo todo mundo conoce a la perfección. Por lo menos asumiendo; de nuevo, que solo las personas interesadas en leer este artículo saben más que yo.
Mamman es una obra cargada de conceptos autobiográficos. Desde el punto de vista general de la ahora Facultad de Artes de la UABC, lo auto biográfico es egoísta, no se entiende y no sirve. Si fuera un mural, la cosa sería un poco más virtuosa. Pero estamos hablando de Louise Bourgeois y no pretendo divagar en otras cosas un tanto mas divertidas. Antes de ser linchado por una horda de muralistas; que sus cosas tiene “muy bien acomodadas”, llegaré a lo que pretendo. ¿Cuál es la función del arte? ¿De qué sirve quebrarte la cabeza con un concepto del que nadie se enterara y ni entenderá? ¿Por qué si la belleza ya no es lo que se busca, lo primero que se señala es la falta de ella? Tratando de asumir el reto de estas y más preguntas se me ocurrió una forma de acercarme a todos estos planteamientos sin terminar con un ensayo del tipo filosófico, por lo menos no tan orientado a la estética y más ajustado hacia la crítica (de nuevo otra área gris en el mundo del arte). Con el fin de acercarme a la realidad el desarrollo de este artículo consistirá en dos partes: la relación de la artista con su obra, y la relación de la obra con el espectador. De ahí el titulo el engranaje del arte.
En lo personal mis obras más exitosas son las que para variar, hablan de mí. Reflexionando acerca de esto intenté sostener una teoría bastante aventurada… el zodíaco. Sabía de antemano que la teoría daba para mucho pero perdí el interés rápida mente. Gracias a la maravillosa herramienta de internet decidí “googlear” el signo zodiacal de Bourgeois supuse que como mi signo Acuario señalaba al arte como una de mis mas grandes aptitudes, si el zodiaco es real, el signo de Bourgeois, Capricornio diría cosas bastante cercanas a la realidad. Error, no había ninguna referencia a la creatividad o al arte. Como la muestra de mi pequeña investigación era muy chica decidí ampliarla a tres sujetos, la elección más natural Joseph Beuys, Tauro. Los hallazgos como era de esperarse no tenían nada que tuviera algo que ver con creatividad o arte. Encontré cosas muy interesantes sobre la personalidad de cada signo y me surgieron varias preguntas que dan para una investigación larga y profunda por ejemplo si los sujetos de estudio nada tienen que ver con el arte y la creatividad ¿Por qué se orientaron al arte? El único “pero” para esta investigación es el mismo “pero” que se le da a San Agustín en sus diez razones de la existencia de Dios. Y así como San Agustín está dando por hecho de antemano la existencia de Dios, para comprobar que Dios existe; se está dando por hecho que el horóscopo ejerce una influencia real sobre cada individuo.
Ahora que deseché mi teoría universal del comportamiento humano vuelvo a poner los pies sobre la tierra y lo intento de nuevo. Después de mi pequeño delirio debo de decir que la única razón por la cual Bourgeois trabajó con conceptos autobiográficos es por que simple y sencillamente fue valiente. Lo que intento decir es esto, para ser artista tienes de dos, salvas el mundo o salvas tú alma. Tratar de salvar el mundo es una meta más difícil de lograr pero quedas bien con la sociedad y eso también incluye a los futuristas que quieren destruir todo a su paso. No estoy tratando de degradar a los artistas que hacen crítica social. Al final todos estamos haciendo una crítica a la sociedad desde el primer momento en que decidimos ingresar al mundo del arte. Es sólo que salvar tu alma es un proceso que requiere de la autoflagelación, no es de sorprenderse que Bourgeois al ser entrevistada sobre Mamman y la relación con su madre contestara de manera violenta “mi mejor amiga era mi madre, fue deliberada, inteligente, paciente, suave, razonable, delicada, sutil, indispensable, pulcra y tan útil como una araña. También podía defenderse y defenderme, al negarse a contestar "estúpidas", chismosas y embarazosas, preguntas personales. (Louise Bourgeois, p.62.) Estaba enojada y quien no lo estaría, un trabajo tan personal como Mamman, la araña tejedora de más de ocho metros, es digno de llamar la atención pero, ¿cómo puede alguien enfrentarse a tal exposición ante el mundo? El trabajo exorcizador de demonios es más meritorio que el que pretende alabar al artista ¿de qué sirve cargar de conceptos pretenciosos una obra de arte, si nadie la va a entender? Yo digo: basta de hipocresías, el arte es arte sólo porque tiene la intención de ser arte pero, hay niveles. No es lo mismo la obra obvia del perrito paseando al humano a la obra monumental de Bourgeois, que en su propia forma está la respuesta, expuesta a la vista de todos… el trabajo en sí es un demonio, un monstro hecho de recuerdos.
Vivimos en una época dónde lo verde está de moda, lo autobiográfico no es necesario en las galerías nadie lo va a entender y aparte a nadie le interesa si tu perrito se murió y a ti te dolió mucho; a menos claro, que mida ocho metros; o en este contexto tijuanense este pintado en un muro. Y ahí la tienen; esa palabra clave “contexto” me había prometido que jamás usaría esa palabra para absolutamente nada, creo que hoy romperé esa promesa. Es aquí donde las cosas se ponen feas; esa palabrita contexto; ha estado muy en boga los últimos 3 años; de hecho, “contexto” fue la primera palabra que aprendí en la facultad de artes. No soló es usada para referirse a un sitio sino que también es usada como “justificación preferente” para la realización de un mural; y si no, den una vueltita por alguno de los murales Huicholes y Chichimecas que hay en la ciudad, o la máxima representación de la decadencia social Reacciona Tijuana que para el bien de todos pasó a mejor vida. ¿Para qué sirven? En este negocio de el arte lo que importa es seguir la moda. Pintar no te posiciona, hay requisitos que se deben de cumplir para validarte como artista, y hay más requisitos que se deben de cumplir antes de que se te de el título de “contemporáneo” (considerando que lo que se hace en el presente es contemporáneo) sé “verde” y triunfarás o como en la mayoría de los casos adelántate a tu tiempo y muere en la miseria, eso nunca falla. Es cierto con el internet el juego ha cambiado de reglas, pero aun así existe es el estigma que manda “no eres nadie adentro, si no eres nadie afuera”.
La Mamman de Bourgeois no sólo es una escultura que nos cuenta de su madre; es la culminación de más de 50 años de ella como artista, de ella como ser humano que vive perseguida por los recuerdos del pasado. Y va aun mas allá, la araña es la madre de todos. La criatura es capas de materializar esa conexión entre madre e hijo. Bourgeois al hablar de ella no es ni por un momento egoísta, al contrario se conecta con todos y cada uno de los seres vivos que están y alguna vez estuvieron en la tierra; tal vez en el universo entero, es tan personal, pero a la vez tan universal que seguramente llevo a Bourgeois al llanto en mas de una ocasión. Esta es la relación que la Mamman tiene con todos nosotros. Tal vez muchos de nosotros jamás seremos padres, pero existe una verdad absoluta, una verdad en la que ni siquiera se piensa, todos somos hijos. Y es ahí donde el arte trasciende y tiene una razón de ser.  Bourgeois está muerta, pero antes de morir fue capaz de crear un enlace con todos y cada uno de los seres vivos que viven, alguna vez vivieron y que vivirán. Mamman es más grande que 8 metros, es aun más grande que el tiempo.

“La feminidad, lo espiritual y el cuerpo; materialización del diálogo interior y exterior de Kiki Smith”


Terrones Sánchez Cynthia
Crítica del Arte I    27 de noviembre de 2012
                                                                                  
El universo femenino, la fragilidad del individuo, la memoria y todas aquellas relaciones intrínsecas entre el cuerpo y la sociedad que forman parte indeleble pero mutable de nuestra conciencia que viene a ser nuestra herencia, nuestra  memoria y todo aquello inexorable de la vida. Estas son sólo algunas de las capas que conforman el mundo del imaginario de Kiki Smith; materializado en esculturas, grabados, dibujos e instalaciones que nos adentran a ese dialogo de lo visible y lo no visible. 
           
            Visitación  de un pájaro I (Visitation of a Bird I) es una pieza de la artista americana Kiki Smith hecha en el año 2005. Esta pieza materialmente esta realizada sobre un soporte de papel de algodón con un tinte amarilloso que nos permite percibir un papel con aspecto anticuado, que por el mismo tiempo transcurrido su textura ya es rugosa; el cual fue intervenido con grafito, tintas y polvo de carbón. El formato de la pieza viene a imponerse ante la vista del espectador por sus dimensiones desbordantes, donde la vista debe hacer sus maniobras para recorrerle de principio y fin por esos tres por cuatro metros.

            En este trabajo podemos identificar rápidamente que el elemento formal radica en la línea y en la textura, ya que Kiki Smith utiliza la línea para separar y componer los espacios de la pieza delimitándolos, generando formas y figuras perceptibles. Así mismo, utiliza las texturas ya sea del mismo soporte como de los materiales que lo intervienen con el único objetivo de generar diferencias marcadas en el espacio. Sus dimensiones nos sorprenden, nos abordan a la vista, nos llevan a establecer una relación de espacio con la pieza, en donde la pieza llega imponiéndose ante nuestros ojos sacudiéndonos la memoria y nos lleva a la vida de los sueños, de nuestros propios sueños y todo aquello arraigado en nuestra propia memoria que ha viajado en nuestra piel como parte de nuestra herencia.

            Kiki Smith nos lleva a recorrer la naturaleza, paisaje adquirido en la vida de los sueños, lo arraigado y su naturaleza. Donde la vida cotidiana viene a ser parte de la representación de nuestro interior, del interior de la mujer, donde ésta se localiza en el espacio y tiempo, con su fragilidad como individuo, donde los afectos sobrepasan la realidad y la maravillan: donde se reconfigura el universo del individuo y se crean relaciones estrechas, arraigadas, puras con la naturaleza.

            Kiki Smith nos lleva por un camino propio pero que nos obliga al mismo tiempo a hacer lo nuestro estableciendo relaciones ahora propias; construir entidades simbólicas literarias o autorreferenciales de la propia espiritualidad, de la infancia, de la vida, muerte y el sexo. Donde el interior es un mundo desbordante que dialoga con el exterior  creando formas que sólo estaban en el mundo de los sueños en esa vida surreal.

            Además de la utilización de objetos de la vida cotidiana con características de aticuado, viejo o desgastado. La carga emotiva que estos objetos tienen acompañadas con esas fábulas donde los animales forman parte del individuo casi como una simbiosis entre este y el humano, donde el dolor, el sexo, la muerte y la espiritualidad son un personaje indispensable. Smith nos permite localizarnos a nosotros mismos,en nuestra piel, en nuestro cuerpo y en el universo donde todos estos sentimientos yacen a la espera de se iniciar el diálogo del interior y el exterior.

            Por último, que hay en Visitación de un pájaro I (Visitation of a Bird I)  y que además podemos encontrarlo en todo el cuerpo de obra de Kiki Smith; sentimientos que nos enfrentan casi como al estar en un espejo que ve todas las características de nosotros así como nuestras imperfecciones pero que al mismo tiempo nos lleva a reflexionar sobre nuestro entorno en este mundo femenino agobiado por el ser, sobreponer cargas de herencia o descubriendo nuevos fenómenos por resolver. Así es como esta pieza nos confronta a todo esto que nos aqueja como individuos compuestos de relaciones entre el mundo interior y exterior con la maestría que caracteriza a esta artista estadounidense; composiciones simples cargadas de información en la espera de confrontar al publico y llevarlos a recorrer a través de elementos formales como la línea, textura, tamaño y color. Notable es el valor compositivo y conceptual de esta artista ha materializado en esta pieza contemporánea que nos lleva a tener una lectura mucho más elevada y exigente como público.