viernes, 7 de diciembre de 2012

Caos Creativo


Israel Elizondo
Crítica del arte 1
6 de diciembre de 2012                                      

                                                          

Purgatory  de Chor Boogie

Durante años se han creado piezas de arte con aerosol, pero a diferencia de los demás (Chor Boogie) sabe muy bien  la importancia de lo que crea. 
También sabe que sus piezas traen  consigo un peso. Su trabajo se inclina más hacia la galería que hacia la calle, pero el artista jamás se inclina a pintar en un solo lugar o superficie sobre otra.                                                 
                                                               
Es claro que maneja una amplia gama de colores y que su paleta no se acorta ni se simplifica por la dureza del tema. En su obra “Purgatory” que ejemplifica un tanto al grito de Edward Munch viaja entre el tiempo nostálgico de la psicología surrealista de Freud y el camino a la locura que ve fijamente al rostro.
Es la utilización del aerosol como medio de expresión, es un grafiti de alto nivel. Sin duda vacila con los espacios y más que dictarle el muro que va a pintar, le ofrece una serie de elementos originales por medio de ángulos y superficies con diferentes texturas que sabe aprovechar al máximo.
Mediante un rompecabezas de ángulos geométricos que se añaden al baile de la curvilínea, se integra la figura humana que oscila entre lo espiritual y lo terrenal, no nos evoca lo que los grabados de Goya, ni se ve frente a frente con el trabajo de Heronimos Bosch, aquí la forma y la figura nos da a entender que su visión sobre el descanso entre la vida y la muerte es mas similar al relato de Dante.
 Sin duda existe una explosión de colores que el artista acomoda de manera aleatoria pero con un fin. También le da brillo a la pieza para acentuar algunas áreas, y lo consigue volteando la lata de aerosol de cabeza y así esta pierde un poco la presión y hace que salga la pintura como un hilo delgado que va dejando suaves destellos al estilo de un aerógrafo con expresión de puntillismo.
Abiertamente Chor Boogie nos deja claro que para el, su pintura no solo es innovadora sino que “las palabras son una perdida de tiempo”
De manera coherente aplica Chor lo que el llama terapia del color,  que ha ido descubriendo poco a poco y lo ha podido utilizar yendo de menos a mas. A inicios del año 2000 empezó creando pequeñas piezas que le tomaban entre tres y cuatro horas para completar. No contento con el tamaño de su trabajo fue añadiendo línea, punto y geometría que harían crecer en presencia y vigor a sus piezas. Esta técnica llego a el por medio del artista angelino y practicante de grafiti, Vox quien también es muy geométrico en su tipografía y diseño.
Hailey aprende pintando y practicando hasta llegar al dominio de la técnica.
Se sumerge por completo en la pintura y durante el 2004 o 2005 toma un pequeño espacio en el centro de San Diego California, debajo de un edificio bancario y lo convierte en su estudio. Allí trabaja  en pieza tras pieza y muy en el fondo se puede ver una puerta que se encontró en la calle y la trabajo hasta dejar plasmada la imagen de Rembrandt. Aun se mira un tanto sucio su trabajo, pero sin duda ya empieza a mostrar otro nivel.
Gracias a un cambio domiciliario hoy Chor le llama casa a la ciudad de San Francisco y es aquí donde empieza a crecer su fama. Pinta de manera voraz y el color se ha vuelto su aliado y la medicina perfecta en esta terapia que práctica. Bajo su genial manejo de una acción que se piensa sucia y vandálica, el crea un contacto entre su publico y su pieza que logra mediante lo enigmático, lo simbólico y lo penetrante que son las combinaciones de lo figurativo y el toque abstracto.
Chor trae consigo un peso enorme en cuanto a curriculum, por mencionar algunas cosas que lo hacen único en la comunidad artista del aerosol, piezas como la que creo para el afamado Hugh Heffner quien es dueño de la revista playboy. También fue invitado a pintar un enorme mural en la gran apertura de las olimpiadas de Beijing en China, Después de un descanso trabajo el siguiente año con el maestro Maxx Mosses (Pose2) en una intervención colectiva para Mtv en Dubai. Y para finalizar otra obra que tuvo mucho impacto fue su intervención sobre un trozo del muro de Berlín en Alemania, hace un par de años.
Boogie tiene el tiempo, la fuerza y la energía para crear e innovar en cada pieza que crea. Aun recuerdo una de sus frases que hizo durante un mural que estuvimos pintando para una exposición en la ciudad de México D.F, Chor dijo “quiero pintar algo tan bueno que los hará pensarla dos veces antes de borrarlo”
Siendo así, este artista ha ido creciendo en sabiduría pictórica, en la utilización del movimiento figurativo en le que narra historias complejas de un trance entre las gamas de color y las formas. Sus piezas oscilan entre la realidad y la ficción sin necesariamente ser surrealista.
Todo lo que se ha mencionado sobre el trabajo de Jasón  suena increíblemente halagador y es  así por que sus piezas lo merecen Jamás podría decir que el crea piezas huecas o que les falte corazón. El arte de Jasón tiene simbolismo, tiene una desmesurada utilización del pigmento y gracias a ello me di a la tarea de revisar no solo el halago sino el punto de vista opuesto y lo encontré en su propia página de internet.
Aquí es donde yo pondría a Chor Boogie en tela de juicio o en otras palabras en el purgatorio de su autoevaluación .Su mención sobre lo que para el significa el color, el diseño, la visión y el simbolismo de sus piezas lo pone para mi en el púlpito y lo que predica cae en lo ridículo, en lo soñado y en lo forzado que puede ser para un pintor, explicar su propio trabajo sin querer ser su propia porra. Se me figura a ese cronista de la radio que le gusta escucharse decir cosas por muy banales que sean porque sabe que tiene una buena voz. A su pieza Purgatory la pongo en un pedestal, pero cuando leo lo que Chor escribe sobre su obra, me doy cuenta de la necesidad de no dejar las cosas en el limbo y cuan importante es el rol del crítico ante el arte.

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