La pescada con escoba
de Francisco Toledo
María Reyes Gaona
28 de Noviembre de 2012
Las tradiciones mexicanas son muy
variadas, la manera en que la madre educa a su hijo a ser valiente, a reprimir
sus sentimientos, a ser el que manda en la casa, a trabajar y a tener hijos al
por mayor, son algunos de los rasgos culturales del muy común machismo
mexicano, aunque suene increíble, aun existen estas tradiciones, lo que
conlleva a la aun existente desigualdad de género.
Estadísticas
dadas a conocer en 2009 por The Global Gender Gap, posicionan a México como uno
de los países en donde se encuentra mayor desigualdad de género. “El hombre domina
en México y se ha encargado de acrecentar esta brecha”.
Estas tradiciones culturales son las
que no dejan a un país avanzar.
“…Y eso que las lombrices no hacen la
guerra,
No hablan de amor
Ni destruyen el mundo para ser ricas y
fuertes.
Los peces no torturan.
No cobran nunca
Intereses sus bancos.
Como son tantos
Se vuelven incapaces de mentir y
engañar…”
Este poema aunado a la pintura a
tratar “El pescado con Paraguas” de Francisco Toledo, relata esa comparación
entre el ser humano y el animal. A lo largo de su vida artística Francisco
Toledo se ha destacado por la hibridación en sus trabajos pictóricos, pero en
esta pintura en particular, dándole otra lectura aparte de la comparación hombre/animal,
podemos ver esa diferencia de género o se podría llamar de alguna manera
hipotética “desigualdad social”.
Por medio de la simbología utilizada
en la obra pictórica, podríamos captar otro tipo de mensaje, que no se nos está
dando en la poesía, ¿Qué significado tiene la escoba? ¿Por qué el paraguas? ¿Por
qué el pescado que sostiene el paraguas tiene cola y el pescado sentado tiene
una vulva? ¿Será que Francisco Toledo quiere que vayamos más allá de lo
plástico? Este será el tema a analizar.
Nos damos cuenta que este personaje
central con cara de pez, pierna con zapato de mujer, órganos femeninos es sin
duda un personaje de género femenino, de eso podemos estar seguros al cien por
ciento.
Desde siglos atrás la mujer se ha
hecho cargo de la limpieza del hogar, no es inusual que objetos de limpieza y
de cocina sean relacionados con el rol femenino. Actualmente es muy común ver
comerciales de televisión que anuncian productos de limpieza en los cuales la
mujer es la única que aparece en estos. En la pintura encontramos una escoba la
cual el personaje central toma con las dos manos separadas, pasándola por
debajo de la pierna, este movimiento genera una especie de palanca, como si se
estuviera tratando de romper dicha escoba. Este acto podría significar el
cansancio o la frustración de la mujer en cuanto a su rol como ama de casa.
Otro aspecto curioso de dicha pintura
es el hecho de que ésta fémina parece estar sentada esperando, en una posición
muy exótica, la cual nos lleva a otro punto clave encontrado en el machismo
mexicano: La mujer como objeto sexual.
El otro personaje situado en la
esquina superior derecha tiene una cola de pescado entre las piernas, una cola
larga por tal motivo podemos suponer que se trata de un personaje masculino, el
nombre de esta pieza es el pescado con paraguas, esto podría indicar que este
personaje es el principal.
Sin duda alguna no podemos dejar pasar
que el personaje central es el híbrido femenino, si lo vemos desde esta
perspectiva podríamos proponer esta hipótesis: el hombre “de la casa” cuyo
trabajo es solamente proveer dinero, aplicando la ley de jerarquías como lo
hacían los antiguos egipcios, podríamos deducir que el trabajo del hombre es
mínimo al comparar el trabajo de una madre, ama de casa.
La pintura de Francisco Toledo nos
puede echar a divagar entre muchas comparaciones, ya sea entre animal y hombre
u hombre y mujer, es claro que un problema entre dichos géneros existe, en
México y en el mundo.
Es importante señalar estos problemas,
no podemos pretender que esos tiempos ya terminaron, ni que por ser una ciudad
urbanizada llena de tecnología éstos comportamientos han desaparecido. Sin afán
de ofender al género masculino con esta crítica y más bien con el afán de
exponer esta gran problemática tradicionalista y cultural; Para concluir,
claramente existe la desigualdad de género en pleno siglo XXI, nos guste o no
nosotros lo permitimos de cierta manera, las costumbres son difíciles de
cambiar, así como el pensamiento de viejas generaciones, lo que nos queda a las
nuevas generaciones es educar a las que siguen para que poco a poco esta
desigualdad y todas las desigualdades existentes dejen de ser.
nnnnnnn
ResponderEliminarEs interesante la forma en que te expresas sobre la obra, tu critica es clara y precisa, dejando en claro tu punto de importancia. Señalando los problemas de genero que aun se viven.
ResponderEliminarJasmin Urenda
Es una pieza interesante y creo que María nos lleva a un contexto particular, el análisis y el tema es bastante acertado con la imagen que nos presenta, el lenguaje que utiliza puede ser comprendido por todo tipo de público, la información es clara y la relación de la pieza con el contexto que menciona es bastante acertado…
ResponderEliminarEl análisis de la pieza tiene buen filo, pero me deja con ganas de saber mas sobre la posición que Toledo toma sobre el feminismo/machismo y sobre todo tu propia opinión sobre el papel que el hombre y la mujer juegan en esta sociedad.
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